domingo, 7 de marzo de 2010

Marc Ford & Steepwater Band

Antes que nada he de reconocer que no puedo ser objetivo. No hay ningún personaje en la escena musical de hoy y de siempre que para mí sea tan admirado como el sr. Ford. Y ninguno que me haya influenciado tanto. Además mis momentos más especiales como público a lo largo de mi vida lo han tenido a él siempre como protagonista. Desde la primera vez que me situé en frente suyo, en aquel lejano concierto de the Black Crowes en Zeleste en 1992, al espóntaneo concierto al aire libre que dieron en Zaragoza en el 95 cuando giraban con Bob Dylan y Rolling Stones, o en el 2006 en el Paradiso, en un concierto antológico de 3 horas, siempre he disfrutado y me he admirado con su forma de tocar.



Así pues, sabiendo que el señor Ford volvía por nuestras tierras y después del buen sabor de boca que me dejó su último concierto, a pesar de que el grupo me pareció de lo más justito, y sobretodo después de escuchar los mágníficos bootlegs con su nueva banda The Neptune Blues Club, tenía claro que intentaría ver el número máximo de conciertos de su gira.

Al final sólo han sido dos. En Zaragoza y Barcelona. Y la conclusión que he sacado de los dos es lo que siempre he sabido. Marc Ford toca oro. Me impresiona que alguien sea tan bueno. En la actualidad a excepción de Derek Trucks nadie me impresiona tanto. Así pues yo ya he sido feliz. A partir de aquí puedo decir que sí, que como conciertos han sido malos. O regular y muy malo. Que sí, que quizás no es la conducta más profesional la que ha tenido sobre el escenario, y que realmente en Barcelona el concierto y su forma de tocar no tuvo ninguna clase de ritmo.

Pero me resulta mucho más sorprendente la actitud del grupo que la de Marc Ford. Estoy seguro que si esta gira en lugar de Steepwater Band es Gov’t Mule esta situación no se da. No se lo habrían permitido. No quiero molestar a nadie porque el grupo, al que tuve el placer de conocer, me parecieron unos tipos estupendos, pero no puedo entender que en una gira de diez días no hayan tomado una actitud más comprometida en el escenario y fuera de él.

Desde el momento que supe que Marc Ford no venía con su banda si no que utilizaría la Steepwater como banda de acompañamiento, me sentí un poco decepcionado. Primero porque la Neptune me parece una banda fantástica. Segundo porque la Steepwater me parece una banda simplemente correcta. Jeff Masey es un buen guitarrista, pero rítmicamente es un grupo de lo más monótono. Mi impresión es que si no fuesen un grupo americano estarían igual de sepultados que muchos de los magníficos grupos que se pueden encontrar en este país. Lo cual sería injusto. Igual de injusto. Y tercero, que la suma de las dos primeras apuntaban, y más sabiendo que esta gira no forma parte de una gira europea si no que es algo puntual que se produce en España gracias al tirón que tiene Steepwater, daba a entender que era una gira de costellada. Es decir, unas vacaciones pagadas para el Sr. Ford a cambio de tocar en unos conciertos que se afrontan sin ninguna pretensión artística o publicitaria por su parte. Aún así, en Barcelona especialmente, el resultado fue mucho peor de lo esperado. Pero también es cierto, que la mayoría de los que estábamos allí volveremos si decide regresar algún día porque su calidad y su trayectoría le da crédito hasta el final de sus días. Lo cual no debería ser así. Pero en eso consiste el fenómeno fan. No juzgas lo que oyes si no lo que sabes. Mal por todos.

Pero y Steepwater? Ellos no tienen ese crédito. Ellos aún tienen que demostrar y defender su trabajo para seguir creciendo. Entonces, cómo es posible que tras diez días de gira no hayan puesto freno a tal situación? Por ejemplo, seleccionando otro tipo de material que diese menos pie al aburrimiento o al descontrol de Marc. Todos vimos como mejoró el bolo y el propio Ford cuando el grupo se lanzó a tocar un blues cantado por Massey.

Quizás hay algún tipo de circunstancia personal que ha producido esta situación. No lo sé. Es una pena. Pero, aún sabiendo de lo contradictorio de mis palabras, prefiero a un Marc Ford borracho con pequeños atisbos de su enorme calidad, que a la mayoría del resto. Mi admiración por él como músico y guitarrista permanece intacta. Y como ser humano me resultó agradable y bonachón tras conocerlo. Así pues, esa es mi conclusión.

Mr. Túnotienesniputaidea